A lo largo de la historia observamos que el anciano ha tenido una gran importancia en diferentes culturas; podemos nombrar algunas, como los egipcios en quienes el patrimonio fisiológico, religioso y científico era administrado por los ancianos, en la cultura greco-romana se entregó el liderazgo, político y moral, incluso la democracia se convirtió en gerontocracia, el senado romano estaba compuesto en su mayoría, por personas de edad avanzada en cuyas manos se depositaban las funciones políticas ciudadanas; en las sociedades judío-cristianas son los ancianos aquellas personas destinadas a cumplir misiones decisivas , por lo tanto llegar a la vejez era una bendición de dios. Es decir que el lograr llegar a una edad avanzada significaba la inclusión hacia nuevos roles sociales, es decir, se hacía uso de la sabiduría adquirida a lo largo de la vida.
Actualmente en la sociedad mexicana la vejez se vive de una manera complicada, debido a que presenta diversas problematicas, tales como:
La abuela-esclava:
La abuela-esclava:
Un estereotipo muy común en nuestra sociedad es el de la abuela-esclava; esta situación se presenta cuando la relación abuelo-nietos se vive como una exigencia por parte de los hijos, es decir, el nexo se tornar dañino para los abuelos, quienes pueden llegar a desarrollar enfermedades, esto debido a que realizan actividades extra-domesticas, que origina graves y progresivos desequilibrios, tanto somáticos (hipertensión arterial, padecimientos metabólicos como la diabetes, sofocos, taquicardias, dificultad para respirar, mareos, hormigueos, desvanecimientos y cansancio) como psíquicos (malestar general, disconfort, ansiedad, tristeza, desánimo, falta de motivación y a veces sentimientos de culpa por su malestar).
Algunas características de las abuelas-esclavas son:
- Mujeres que tienen excesivas responsabilidades familiares en función de sus capacidades (cuidan a sus nietos o a personas enfermas).
- Mujeres que no disfrutan de su tiempo libre como ellas quisieran.
- Mujeres que apenas tienen relaciones sociales.
- Mujeres que por cuestiones culturales y familiares se sienten obligadas a asumir demasiadas responsabilidades.
- Mujeres que consciente o inconscientemente saben que se está abusando de ellas, pero no tienen ni los recursos, ni los medios necesarios para hacer frente a estas situaciones.
